El pastel kunga, también conocido como pastel de mosquitas, es un alimento peculiar originario de África Oriental que se elabora comprimiendo miles de pequeñas moscas o mosquitos en una masa densa. Este alimento se ha desarrollado como una solución creativa y de supervivencia para hacer frente a las plagas de mosquitos, que a menudo causan problemas significativos en la región.
Para crear el pastel kunga, se unta una sartén con aceite y se agita hábilmente en enjambres de mosquitos para atraparlos. Una vez que se han recolectado suficientes mosquitos, se comprimen en una masa y se utilizan de varias maneras. Algunas personas los fríen para hacer hamburguesas, mientras que otras los secan y rallan partes de la masa en guisos para dar sabor umami.
Aunque la idea de comer mosquitos puede resultar extraña para algunas personas, el pastel kunga se considera una fuente de proteínas en estas regiones y es consumido con entusiasmo. Algunos incluso lo comparan con el sabor del caviar. Además de su valor nutricional, el pastel kunga representa una solución práctica para reducir las poblaciones de mosquitos y mitigar los problemas que pueden causar, especialmente en áreas cercanas a cuerpos de agua, como el lago Malaui.
Este alimento es un ejemplo fascinante de cómo las comunidades locales han encontrado maneras ingeniosas de enfrentar los desafíos de su entorno, aprovechando los recursos disponibles para satisfacer sus necesidades alimenticias y contribuir a la seguridad alimentaria en regiones propensas a plagas de insectos.
