Imagina que estás en un parque jugando con tus amigos. Todos ustedes tienen juguetes diferentes: algunos tienen pelotas, otros tienen muñecas o coches de juguete. Cada uno de esos juguetes es diferente, ¿verdad? Tienen colores, formas y tamaños distintos.
La «otredad» es un poco como eso, pero en lugar de juguetes, se trata de personas. Cada persona es única y diferente en muchos aspectos. Algunas personas tienen el pelo largo, otras corto. Algunas pueden hablar diferentes idiomas, comer comidas diferentes o tener tradiciones distintas. Estas diferencias hacen que cada persona sea especial.
Entonces, cuando hablamos de «otredad», nos referimos a reconocer y respetar las diferencias entre las personas. Es importante entender que no todos somos iguales, y eso está bien. De hecho, es lo que hace que el mundo sea interesante y diverso.
La «otredad» nos enseña a ser amables y respetuosos con todas las personas, sin importar cuán diferentes puedan ser. En lugar de asustarnos o alejarnos de lo que es diferente, podemos aprender cosas nuevas y hacer amigos maravillosos al abrazar la diversidad.
Así que, en resumen, «otredad» significa que todas las personas son diferentes de alguna manera, y eso está bien. Debemos ser amables y respetuosos con esas diferencias y aprender a convivir en armonía con quienes son diferentes a nosotros.
