Este refrán es como un consejo que nos dice que no debemos preocuparnos por cosas que no nos afectan o que no son importantes para nosotros. Imagina que estás caminando por un río y ves agua corriendo. Si no tienes sed y no necesitas beber, simplemente dejas que el agua siga su curso y no te preocupas por ella.
Es como decir que en la vida, a veces hay cosas que suceden o que otras personas hacen que no tienen nada que ver contigo y no te afectan. En esos casos, es mejor no preocuparte demasiado por esas cosas y seguir adelante con tus propios asuntos.
Por ejemplo, si alguien está diciendo cosas negativas sobre ti y no te importa lo que digan, puedes recordar este refrán y simplemente «dejar que el agua corra». No necesitas preocuparte por lo que no tiene importancia para ti.
En resumen, el refrán «Agua que no has de beber, déjala correr» nos enseña a no preocuparnos por cosas que no nos afectan o que no son importantes para nosotros. Es como decir que no debemos gastar nuestra energía en cosas que no valen la pena y centrarnos en lo que realmente importa en nuestras vidas.