Sí, puedes congelar solomillo en combinación con nata, pero ten en cuenta que la textura de la nata puede cambiar después de la congelación. La nata tiende a separarse y volverse granulada al descongelarse, lo que puede afectar la calidad de la salsa o la textura de la nata. Si planeas usar el solomillo en un plato que requiera una salsa a base de nata después de descongelarlo, podría ser mejor congelar el solomillo por separado y agregar la nata fresca cuando prepares la salsa más adelante.
Si aún deseas congelar el solomillo con la nata, aquí tienes algunos pasos para hacerlo correctamente:
- Cocina el solomillo según tu receta preferida, sin agregar la nata. Asegúrate de cocinarlo solo hasta el punto medio (medium-rare o medium) para que no se seque demasiado durante el proceso de descongelación y recalentamiento.
- Deja que el solomillo se enfríe completamente a temperatura ambiente antes de continuar.
- Vierte la nata sobre el solomillo enfriado. Asegúrate de cubrirlo completamente.
- Coloca el solomillo con la nata en un recipiente o una bolsa apta para congelador. Si utilizas una bolsa, asegúrate de eliminar el exceso de aire antes de sellarla.
- Etiqueta el recipiente o la bolsa con la fecha de congelación para poder controlar el tiempo que ha pasado en el congelador.
- Coloca el solomillo congelado en el congelador a una temperatura de -18°C o más baja.
Recuerda que al descongelar y recalentar el solomillo con nata, la textura de la nata puede cambiar. Es posible que separe un poco o se vuelva granulada. Por lo tanto, es recomendable utilizar el solomillo congelado en platos que no dependan en gran medida de la textura de la nata, como estofados o guisos, donde la nata se mezclará con otros ingredientes y su textura no será tan evidente.