«¡Eres más rancio que un queso olvidado en el fondo del refrigerador!»
«Eres más rancio que un chiste pasado de moda.»
«¡Eres más rancio que un calcetín sudado después de una larga caminata!»
«Eres más rancio que un perfume vencido en una tienda abandonada.»
«¡Eres más rancio que un pez pasado de fecha en el mercado!»