«Echar a la calle» es una expresión que se utiliza para describir la acción de despedir a alguien de su trabajo o de su hogar, forzándolo a salir y enfrentar una situación de desempleo o falta de vivienda.
Cuando se dice que alguien ha sido «echado a la calle» de su trabajo, significa que ha sido despedido o cesado de su puesto laboral, ya sea por razones económicas, de rendimiento, disciplinarias u otras circunstancias. En este contexto, implica que la persona ya no tiene un empleo y debe buscar nuevas oportunidades laborales.
En el ámbito de la vivienda, «echar a la calle» se refiere a expulsar a alguien de su hogar o residencia, ya sea por problemas legales, impago de alquiler, desalojo o cualquier otra razón que resulte en que la persona tenga que abandonar su lugar de vivienda.
En resumen, la expresión «echar a la calle» se relaciona con situaciones en las que una persona es obligada a dejar su trabajo o su lugar de residencia, generalmente en circunstancias no deseadas y a menudo difíciles.